Este texto no es mío, es de mi amigo Andrés Guajardo. Como es de tan buena calidad, y se está echando a perder entre sus archivos enterrados, he decidido presentarlo ante ustedes:

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En años recientes, Mexicali ha sido reconocido a nivel nacional por las repugnantes promesas pop que han surgido del caluroso municipio. Músicos y artistas –entrecomillados– con más interés en aparecer en televisión por cable y revista juveniles que por poseer unos auténticos conocimientos musicales. Hijos de radiolocutores cuyos consejos van "directo a la conciencia", sobrinos de funcionarios públicos blanquiazules… la lista es aberrante pues externa una imagen de Mexicali como ciudad de gente bien, ¿cómo si todos los cachanillas tuvieran la oportunidad de irse al "mall" el "weekend"?

El caso Insite. Desde sus múltiples orígenes en bandas como Uno Menos, Madre Mostaza o Donnie Brasco, todos sabíamos que lo suyo era el happy punk. Con sus canciones melosas hasta parecen personajes de American Pie versión Jimmy Eat World. ¡Sus fans de la Colonia Nueva y Vistahermosa les estarán eternamente agradecidos por ser los nuevos Panda! A Reik se les recuerda en fotografías en La Crónica y carteles en avenida Benito Juárez. Desde entonces, y pese al innegable histrionismo afeminado del vocalista (me pregunto, ¿cuánto tiempo podría durar la moral de ese grupito con un chisme en La Oreja?), han conquistado uno de los mercados más importantes de la industria musical: el de púberas ingenuas. De la vocalista de Nikki Clan dudo mucho que haya trascendido más allá de las conversaciones de una clase pequeño-burguesa ociosa (¡que me disculpe Thorstein Veblen!).

Nikki Clan

En tiempos en los que es difícil encontrar una propuesta musical consistente, las gratas sorpresa pueden encontrarse en un demo o un casete. Imagino estos objetos arrumbados en un cajón (esas pequeñas cosas, cantaría Serrat). Compañías disqueras como Nuevos ricos o Happy Fi sólo avivan el pasajero movimiento kitsch, el cual se disfraza de naco para ocultar su elitismo excluyente. Bandas como Zoé o Porter no marcan una época como lo hicieran Los Caifanes o La Maldita Vecindad, sino se limitan a enmarcar el discurso de lo cool en lo televisivo, en la gastada imagen de súper-rock-star-drogadicto-desenfrenado. Además, ¿qué puede esperarse de alguien que participa en "Tu Rock es votar"? De todos modos, poco importan esas "nuevas" tendencias cuando lo mío es el hip hop de Smiff-N-Wessum o Talib Kweli.




No puedo describir la emoción que siempre he sentido por el grupo mexicalense Kafig Zucht. Pertenecientes a una comunidad de bandas (Revólver, Visnu, Lucid, Chelsea), que organizaron la famosa serie de tokadas "Chicali Style", recordar estos días es recordar la época en la que las tokadas terminaban en redadas. Los días en los que la asistencia era predominantemente mayor de edad (y no niños como ahora, con esas contradictorias permisivas del alcalde con nombre de psicoanalista versado en el complejo de inferioridad del mexicano). Proliferaron tantos personajes locales como flyers en Osiris. Si uno quería salir un fin de semana tenía que hacer una visita obligada a la Plaza Cachanilla. Eran tiempos sin vanidad, o sea aún no existía myspace ni todas las variantes del blog.

Corría el rumor que el germano nombre de la banda en buen castellano significa felación. Como no sé Hoch-Deutsch, soy incapaz de confirmarlo. Lo cierto es que una imagen de la carátula del demo Quién? Los hijos de… (2001) es de un libro sobre alquimia medieval. Y que uno de los logotipos que la banda manejaba era una apropiación del la revista Alarma! (En el sitio electrónico de la banda se aclara el significado de su nombre: «Viviendo en cautiverio», el cual lo sacaron de una revista pornográfica alemana).


Kafig Zucht combinaba una pésima conjugación gramatical (le cantaban a la sociedad "discriminativa") con una ejecución instrumental que cae en el virtuosismo (en aquellos años las discusiones de los fanáticos eran sobre quien era el mejor bajista, si "El Moyz" de Kafig o Humberto de Visnu o Ramón de Revólver). Artistas sin más pretensión que tomar una "birria" (pues saben que una caguama helada es el equivalente nutricional a un plato de carne), los miembros de Kafig Zucht son más cercanos al mexicalense promedio que cualquier exponente de la Casa de la Tía Tina.

Kafig Zucht representa el Mexicali más auténtico. No la versión Urbi o Cetys Universidad. Tampoco la de Perpetuo Socorro y unos feligreses que no quieren ver el mundo tal cual es (salvo con los lentes de su mercantilismo). Kafig Zucht es droga y vida de barrio duro. Un concepto así sólo puede provenir de colonias cercanas al Río Nuevo como la Baja California, Pueblo Nuevo o el primer cuadro de Villafontana, en las inmediaciones de la calle Versalles. ¿Por qué el Río Nuevo? Porque la única catástrofe que ha sufrido Mexicali fue gracias al desbordamiento del río y en consecuencia al inundamiento de la ciudad a principios del siglo pasado. Kafig Zucht es el recordatorio de la inminente desgracia humana: en el librito de su disco agradecen a "toda la malandrineada de Chicali 13, ¡ánimo
delincuencia!".

Un tema recurrente en sus letras fue la reproducción sexual. Tuve la oportunidad de oír una de las últimas canciones que grabaron. En el coro se le planteaba caballerosamente a una chica la opción de elegir entre sexo oral o sexo anal. El coito vaginal no figuraba por obvios motivos: para evitar la procreación. Como onanistas líricos, Kafig Zucht llevó hasta el extremo su filosofía pesimista en la que la vida es "tristeza y agonía". Nacer o incluso no-nacer, es igualmente penoso, pues "todos están muertos". El demo abre con "El descendiente", canción que se define entre guitarrazos y eslapeo. En ella hay una preocupación por "el que dirán", sobretodo familiar. Finaliza con la frase: "Hay que respirar/Para que nunca digan que yo no tuve moral". En el segundo track homónimo del demo, "Hijos de nadie", la referencia es evidente. Sin embargo, es en la autobiográfica "Mal parido", donde realmente plantea un problema ontológico-callejero:

Soy un sinvergüenza y no,
Y no me da pena decirlo
Vivo de los demás
Por tanto dinero que les pido

Ya mis amigos han cambiado
Y yo sigo en lo mismo
Yo no soy un santo y no,
Y no pienso serlo contigo

Por un largo tiempo yo,
Yo estuve perdido
Me tachaban de indecente
Y yo de puto creído

Pero yo no soy así
Yo sigo siendo el Pepino
El que todos ya conocen
Y que así han querido

Pepino ya sabe que no hay remedio ante uno mismo. Su narcisismo consiste en saber reconocer las molestias cotidianas a las que uno se resigna, como por ejemplo, despertar y saber que seguimos siendo la misma persona, vernos en el espejo e identificarnos al instante. Si bien escribe reiterativo desde el "Yo" no lo hace con el afán de auto-alabarse, sino porque sabe cual es la fuente del problema. En sus sencillos versos la palabra pena se repite constantemente, palabra que podemos interpretar en toda la extensión de su significado: como dolor o tormento, como modestia o castigo por faltar a la ley, pero nunca como vergüenza. Entre broma y broma, Kafig Zucht se lamenta.

"Planeta solitario" es un producto incuestionable de su tiempo. La grabación del demo concluyo el 15 de septiembre de 2001, así que la caída de las torres gemelas determinaría el tono apocalíptico del mismo. Kafig Zucht supo capturar el inconsciente colectivo: todos sabíamos que el fin estaba cerca, para nuestra mala suerte nos equivocamos. No obstante, desde entonces ya no somos los mismos.

En "El famosísimo Kash" hablan de un personaje concreto de la vida urbana que se la pasa en la 18st. "cotorreando a los demás". Lo característico de Kash no sólo es ser un hombre de familia que lleva comida a su hogar y burlar a la autoridad, es la mitomanía; de ahí que el coro se diga: "Cuéntame una historia de verdad". No hay problema que Kash le eche una fuerte dosis de imaginación a sus anécdotas, pues en el contexto callejero donde anda, todo mundo lo hace. No por nada él es el más famoso pues es "tinto, viejo lobo de mar", o lo que es lo mismo conoce todas las mentiras. No cabe duda: Kafig Zucht, como los buenos raperos neoyorquinos, maneja el slang, el habla de la calle. En el último track "Lucy la virgen", se acercan al teatro del absurdo al plantear el caso de una jovencita que pierde la castidad al masturbarse por las orejas. También entiendo esta canción como una burla a la típica balada que todos los grupos de rock componen, con todo y letras conmovedoras y armonías vocales. Al escucharla dan ganas de encender la laira y moverla en un concierto masivo.

Kafig Zucht no es menos político que Rage Against The Machine o Los Crudos, pero no hay en ellos la convicción de cambio que caracteriza a los grilleros profesionales. Dudo que tuvieran plena aceptación del «Mexicali Subterráneo», pues tenían una actitud más próxima a los Sex Pistols que a las corrientes anarquistas, las cuales imponen un estilo de vida casi religioso (vegetarianismo, autogestión, equidad de género, templanza ante el consumo de drogas o alcohol, etc.) que ninguno de nosotros podrían llevar a cabo. Kafig Zucht es la absoluta honestidad, por ejemplo, escribe Pepino en los agradecimientos del
demo: "A mi familia por el apoyo que me han dado por 7 años, desde que empeze (sic) con esto de las tokadas y la drogadicción".

La música de Kafig Zucht suena a lo mejor de Epitaph Records. Sus coros rescataban lo mejor de la tradición iniciada por The Misfits y Agnostic Front, pero sin esa solemnidad norteamericana. Por su imagen y estilo de vida recordaban la película Rude Boy (1980) sobre The Clash. Como punkrockers en sus canciones no hay requintos, sino largas secuencias de bajo. Kafig Zucht es como un NOFX que no cae en la desfachatez, como un SUBHUMANS sin crestas. (Bueno, Neto tenía una muy pequeña color verde azulado). Sus letras son un verdadero canto al desengaño. Tampoco fueron hardcore pues aunque su música era cacofónica no les definía una actitud ruda; más bien, cómica. Convivir con ellos y con toda la gente a su alrededor era cotorrear y reír toda la noche. De hecho, siguen siendo igual de carrilla.


Uno de los relatos más famosos sucedió en San Luis Río Colorado, pues varias bandas mexicalenses habían ido a tocar al vecino Estado de Sonora. Kafig Zucht siempre tuvo la costumbre de ser de los primeros grupos en tocar, pues gustaban de bajarse lo más pronto posible del escenario. Estando en San Luis, no fue la excepción. El problema surgió cuando Pepino quería tocar "Súper oferta", mientras el resto de la banda, no. La solución sería que tocará ese himno anti-futbolístico con el único acompañamiento de su guitarra. Puede juzgarse de capricho de embriaguez o protagonismo ególatra, lo cierto es que la interpretación de Pepino estremeció a los presentes. Con el reflector iluminando sus gritos y piruetas, todos supimos que estábamos ante una genialidad poco comprendida. Cuando subía al escenario, preguntaba al auditorio si traían consigo meta-anfetaminas. Pepino cantaba como si se convulsionara estilo Ian Curtis, pero sin ese dramatismo innecesario de los suicidas. Más cercano a Joe Strummer (q.e.p.d.) que a Billy Joe Armstrong, la voz de Pepino apenas ha salido de la pubertad, sabiéndola rasposa ironizaba gritando como Alex Lora: "¡Y que viva el rocanrol!" Kafig Zucht es lo menos chilango del rock.

Lo cierto es que a Kafig Zucht poco le importa que escriba estás líneas. Aunque a la fecha sigan tocando, creó que ya han asegurado su lugar junto a legendarios grupos cachanillas como Locomotora o Aural. Dejemos, pues, que Nikki Clan, Insite o Reik se emocionen con sus videos en MTV.


MySpace: http://www.myspace.com/LosKafigZucht

6 comentarios:

ocne dijo...

kafig zucht: son los mas chidos son unos vergas

Anónimo dijo...

los kafig son la mejor banda de mexicali y de eso no hay duda!!1

Unknown dijo...

No estoy de acuerdo en algunas cosas que dicen a cerca de esta banda la verdad sus tokadas son calmadas no pasa nada y que bueno esto en referencia a la violencia y redadas de verdad que se vivieron en los tiempos de GENERACION PODRIDA,AUTODESTRUCCION,REACCION CADENA,DESGARRE SOCIAL la verdad algunas personas se quieren poner en situaciones que no son,y sobre lo de los niños,yo comenze a ir a tokadas en 1986 tenia 12 años y jamas hubo un mal cotorreo,eso lo invento esos que no vivieron situciones reales,ni tuvieron esos compas y tantas anecdotas q platican y nisiquiera estuvieron ahi en fin TOMEN SU VIDA Y SUS ACCIONES CON CALMA NO ES NESCESARI EL COTORREO FALSO.

Anónimo dijo...

No, pues que bien se la pasó el Jorge Leobardo, por que en todas las tocadas nos caía redada (o "realada" muy chicali style) y "el mal cotorreo" de que hablas no era adentro,no, era cuando salíamos pedos, sangrados por el slam y nos levantaba la placa por que no teníamos carro ni dinero para taxis=). Al vato que maquinó el texto, le digo que antier (23 de Sep) nos estabamos echando unas maltas en la Querétaro (acá en la Baja) y justamente cotorreabamos ni que Chelseas ni que Arsenales, Los Kafig fueron y serán la banda más cabrona que ha dado Chicali por no tener pretensiones de ningún tipo más que hacer desmadre y pistear (y el pepino pegarle a la panga) CHINGÔN TEXTO! pd: ÀNIMO DELINCUENCIA
Salúd!
Franz Vega (xhoe_diazepanyvino@hotmail.com)

Anónimo dijo...

pues anda jamas en la vida los abia escuchado asto el dia de los auto y lo que dicen de tocadas como dice el tal jorge de antes esas si eran tocadas y si caia la placa no siempre pero si y eran a toda madre y ni flayer ni internet ni nada para que se isieran solo de vos en vos y chingonas auto,reaccion,desgarre,reclusos,los lucha.cultura,conflicto,kaos,atake,humanos,canabis,y cuantapinche bandas que eran mucho mas que esta de kafig lo ded ahorita son pura facha

Unknown dijo...

pues yo kiero ver a DONNIE BRASCO!!!! , kisiera ke volvieran :(


alguien sabe donde puedo encontrar sus rolas? , yacasi no hay informacion de elloss