Este es un principio fundamental que estudiamos en Diseño y les será muy interesante. Si les interesan notas y estos temas relacionados al grafismo, les invito a visitar el blog de Diseñografía

Lidwell, William, Holden, Kritina y Butler, Jill. (2006) Principios Universales de Diseño. Barcelona, España: Blume. pp. 26-27

Tendencia a percibir a las personas atractivas como más inteligentes, competentes, morales y sociables que las que no lo son. [1]

Por lo general, las personas atractivas se perciben de forma más positiva que las que no lo son, y reciben más atención del sexo opuesto, más cariño por parte de sus madres, más benevolencia de los jueces y los jurados, y más votos de los electores que las personas con poco atractivo físico. Ante la igualdad en el resto de las variables, se prefieren a las persona atractivas para que tomen decisiones, y éstas ganan más dinero por el mismo trabajo que los menos agraciados físicamente. Las connotaciones del atractivo físico derivan de factores biológicos y ambientales. [2]

Desde un punto de vista biológico, las personas resultan atractiva cuando trasmiten salud y fertilidad. Unas buenas medidas biológicas para calcular el grado de salud y fertilidad son los rasgos faciales medios y simétricos, y una proporción cintura-cadera que se encuentre dentro e la franja ideal (0,70 en las mujeres y 0,90 en los hombres). La ausencia de estas características se considera indicativo de mal nutrición, enfermedad o malos genes, atributos no deseables en un compañero potencial. Los factores biológicos que provocan la atracción son innatos y que ya existen en todas las culturas asiáticas. Por ejemplo, en los estudios en los que se presentan imágenes de personas atractivas y no atractivas a bebés (de dos meses y de seis meses de edad), éstos observan durante más tiempo a las personas agraciadas, con independencia de su género, edad o raza. [3]

Desde el punto de vista ambiental, los hombres se sienten atraídos por las mujeres que exageran los atributos sexuales socialmente aceptados (por ejemplo, el carmín utilizado para realzar los labios), mientras que las mujeres se descantan por los hombres que dan la impresión de poseer riqueza y poder (por ejemplo, automóviles caros). En los estudios en los que se presentan imágenes de personas atractivas y poco atractivas a hombres y mujeres, junto con descripciones de sus empleos, las mujeres demuestran el mismo interés por los hombres poco atractivos con salarios elevados que por los hombres atractivos con salarios medios. En esos mismos estudios, en cambio, los hombres nunca muestran preferencia por mujeres poco agraciadas, sea cual sea su nivel económico. Los factores ambientales de la atracción varían considerablemente entre las diversas culturas. [4]

Tenga en cuenta las connotaciones del atractivo físico en los contextos de diseño que impliquen imágenes de personas como, por ejemplo, la mercadotecnia y la publicidad. En los casos en que la presentación de mujeres atractivas se aun elemento clave en un diseño, utilice interpretaciones o imágenes de mujeres con proporciones cintura-cadera de 0,70 aproximadamente y que acentúen los elementos sexuales culturalmente aceptados. Cunado se trate de presentar a hombres atractivos en un diseño, opte por interpretaciones o imágenes de hombres con proporciones cintura=cadera de 0,90 y con indicadores visibles de riqueza o posición social (por ejemplo, ropas claras).

Véase también
Connotaciones de los rostros aniñados, Efectos del aspecto facial medio. La cultura cintura-cadera.


1. En inglés, este fenómeno se conoce también como look-ism.

2. La obra fundamental sobre las connotaciones del atractivo físico es “What is Beautiful Is Good”, de Karen Dion, Ellen Berscheid y Elaine Waister, en Journal of Personality and social Psychology, 1972, vol. 24 (3), págs. 285-290. Una buena revisión contemporánea del tema se encuentra en “Maxims or Myths of Beauty? A Meta-analytic and Theorical Review”, de Judith H. Langlois et. Al. En Psychological Bulletin, 2000, vol. 126 (3), págs. 390-423.

3. Véase, por ejemplo, “Baby Beautiful: Adult Attributions of Infant Competence as a Function of Infant Attractiveness”, de Cookie W. Stephan y Judith H. Langlois, en Child Develpoment, 1984, vol. 55, págs. 576-585.

4. La supervivencia de los más guapos, de Nancy Etcoff, Barcelona, Debate, 2000.





El primer debate presidencial entre Richard Nixon y Robert Kennedy (1960) constituye un clásico ejemplo de las connotaciones del atractivo. Nixon estaba enfermo y con fiebre. Llevaba ropas de colores claros y apareció sin maquillar, lo que empalidecía todavía más su tono de piel (ya de por sí clara) y realzaba su barba incipiente. Kennedy apareció con colores oscuros, maquillado, y después de haber practicado su discurso en un estudio antes del debate. Las personas que escucharon a este último por la radio consideraron que Nixon sería el vencedor. En cambio, los que lo vieron por televisión llegaron a una conclusión totalmente distinta.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante este artículo. Y trístemente revelador. Confirma todas mis sospechas de lo que me está sucediendo últimamente.

Si se analiza con lógica somos seres absurdos. Porque sencillamente no es cierto que un guapo/a sea mejor persona o tenga mejores habilidades que un feo/a sólo por cuestión de imagen. Pero sí que es cierto que no podemos cambiar nuestra forma de sentir y de apreciar la belleza y la fealdad ni de forzar los sentimientos que desencadena una imagen. Es así de demoledor: nos agradan los guapos y los feos no. Qué sencillo y qué injusto a la vez. Por lo tanto, y esto va para la gente que como yo, no se sienta atractiva en estos momentos, ¿por qué no salimos a correr o a hacer dieta o a teñirnos el pelo o a dejar de fumar o tratar el acné...o lo que a cada uno le parezca que puede hacer para incrementar su atractivo? Si todo son ventajas claras, ¿qué nos inmoviliza? Porque yo sé que este bloqueo no lo tengo yo sola. A veces pienso que someterme a la dictadura de la imagen es un atentado contra mi inteligencia. Otras veces pienso que no hacer nada por mejorar mi imagen también es un atentado contra mi inteligencia, pues sabiendo que las cosas son como son y rebelarse es perder, no me pongo a mejorar aquello que puedo mejorar, perdiéndome en consecuencia, las claras ventajas de tener un cuerpo estilizado, o una piel sin marcas...o lo que sea. ¿Alguien en mis mismas circustancias podría contarme por que no hace algo para mejorar su imagen?. A lo mejor así averiguo yo por qué no hago nada, salvo darle vueltas y vueltas.