Ir a San Felipe o la tierra de los cholos, como algunos imprudentes han decidido llamarla, es ir a una playa sucia, triste, olvidada por todos, detenida en el tiempo por más de veinte años, cosa realmente lamentable porque te das cuenta del potencial que tiene para crecer, para convertirse en destino turístico no sólo para uno que es pueblo, sino para los ricachones extranjeros que todos odian pero a quienes reciben, a ellos y a sus divisas, con los brazos abiertos y con su nombre en un granito de arroz.

Una buena sacudida a las calles y a las banquetas, una limpieza profunda al malecón que de verdad deprime ver cómo es maltratado, contaminado, escupido, apestado como basurero. ¡Malditos turistas inconscientes, váyanse gringos molestos a echar basura a sus casas! Eso habrán gritado los defensores ciegos de la patria y sus maravillas naturales, pero qué vergüenza decirles que los que tienen como basurero a las playas no son los imperialistas que se creen dueños del mundo, sino la propia gente que vive de esa costa y sus visitantes, que prefieren tirar sus desechos a la arena que depositarla en el bote dispuesto a recibir estoico lo que le quieran echar.

El malecón de San Felipe es un museo del desperdicio, no dan tres pasos sin ver un olote en el suelo, una bolsa con botes de cerveza, papeles, botellas y lo que se les venga a la mente. Lo que pasa es que faltan botes donde depositar los desperdicios… quisiera poder decir eso porque significaría que el remedio es sencillo, unos cuantos recipientes por ahí acomodados a distancias estratégicas, así el ciudadano, responsable y civil como es, podrá evitar la lastimosa actividad de dejar caer lo que no sirve en donde haya dejado de servir, pero botes de basura sí hay, sólo que no los usan, no lo hacen, están vacíos los desgraciados.

Los establecimientos, restaurantes, bares, etcétera: caros, sucios (que parece ser esa la constante) y de pobre calidad en lo que ofertan. Tal vez estoy siendo demasiado sangrón, pero estaría más que dispuesto a aceptarlo en el momento en que alguien presente argumentos contrarios con sus pruebas correspondientes, no dudaría un segundo en retractarme y ofrecer disculpas públicas. Me quedo a la espera del héroe reivindicador.

Mientras tanto pónganse las pilas, gente de allá, valoren y cuiden a su San Felipe, verdad de Dios, que esas playas pueden crecer, falta infraestructura e inversión, eso es más que evidente, tanto del gobierno como de algún empresario visionario, de esos que hay muchos repartidos por todos lados con buen olfato pa’l dinero, o será tal vez, triste caso, que el olor a basura difumina el aroma de los billetes.

También lee el post “Fierro por la costera” en Los elefantes también tienen sus secretos.

2 comentarios:

Miguel dijo...

Quisiera tener argumentos para poder contradecirte, pero lamentablemente no los tengo.

Que lástima!!!

Salud!!!...os
Miguel

Amigos de la Vid

julio reyes dijo...

eso es, miguel, lástima, lástima de san felipe, lástima que ni tu ni yo tengamos podamos contradecir el post...

salud!!!...os para ti tambien