un kilo de gato no es gato o les dieron gato por dólar

Se dice, se rumora, se comenta entre los que tienen posibilidad de saber y de contarlo, que en aquel lugar al que se ha decidido llamar "el golfo", se vende el pescado por tonelada a precios muy buenos, que cualquiera que se dedique al comercio de curvina, por ejemplo, no puede dejar pasar.

(esta publicación no está patrocinada por pescadores)

Lo anterior que quede como colchón para lo que viene, que amortigüe el golpe, noticias como la que sigue no pueden darse así sin aviso. Se dice también, pues, que además de peces muertos, también se comercia con gatos. No es extraño pensar que abunden los felinos por los muelles pesqueros; después de todo, es por todos bien sabido y enseñado por la cultura popular que el gato, dentro de toda su ternura, tiende a no mostrar ningún tipo de misericordia a la hora de sacar con las peores intenciones pececitos dorados de sus cómodos acuarios. Tampoco cuando se le presentan ratones con o sin sombrero o canarios en jaulas, pero esa ya es otra historia.

El asunto aquí no es que haya gatos sino que se venden a dólar, se cuelgan y despellejan para que, según se cuenta, parte de nuestra amada comunidad china regional haga su agosto y regrese con camionetas cargadas de carne felina. Lo que, aclaro de una vez, no quiere decir que en todos los restaurantes te den gato por carne roja, sino que puede significar también que representa comercio entre le misma comunidad para consumo interno.

Fue curioso escuchar y ver las reacciones de las personas que oyeron junto conmigo la historia: unos con cara de asco (como si fuera lo peor que se puedan meter o se hayan metido a la boca), otras indignadas por la manera en que se trata a los pobres animalitos (y ni quién vea por los tristes pollos, que a peores manipulaciones se someten). Supongo que lo mismo se debe pensar en la India cuando hablamos de comer vacas.

Considero, finalmente, que debe ser menester de todo vacacionista que ande por allá, regresar con el rumor desmentido o comprobado anexando la respectiva evidencia, es decir, con los pelos de la gata en la mano.

Y como anotación frívola, les cuento que estamos a tres entradas de que el Diario alcance las mil publicaciones, ánimo.